La gestión de personas en las empresas ha estado enfocada en el hacer, vale decir, en entregar herramientas de mejora a los colaboradores y en crear buenos ambientes de trabajo. Algunas preguntas que surgen al respecto, pero sobre las cuales aún no hay respuesta, son: ¿Por qué estas acciones no se traspasan a indicadores de mejora en productividad? ¿Por qué si estamos diagnosticando, ejecutando acciones, esto no se ve reflejado en estudios comparativos? ¿Qué podríamos mejorar? ¿Cómo podríamos lograr una mayor productividad de los colaboradores en sus respectivos cargos y organizaciones?
Antes de responder a estas preguntas es importante entender la industria de las plataformas de aprendizaje, capacitación y educación al interior de las empresas. Los grandes referentes fueron el Learning Managment System (LMS), y el Talent Managment System (TMS). A ellas se sumó la Learning Experience Platform (LXP), que buscaba contenido educativo de diferentes fuentes y la recomendaba a los usuarios.
Estas plataformas tenían como foco exclusivo mejorar la productividad de los colaboradores de las empresas a través de la educación, el aprendizaje y la capacitación.
Sin embargo, el HCG traza un nuevo e inédito camino en esta industria, dando un salto adelante al convertirse en el primer sistema que pone el foco en el crecimiento personal y profesional de las personas, contribuyendo de esta manera con una mayor productividad de la empresa.
Por esto, hoy debemos dar un paso adelante en el “para qué” de las plataformas de personas. Es decir, ¿qué queremos lograr? Y la respuesta frente a ello es que queremos lograr que las personas puedan maximizar su crecimiento personal y profesional, para que obtengan la mejor versión de sí mismos, contribuyendo de esta manera con una mayor productividad de la empresa. Esto es Human Capital Growth y a donde deberían enfocarse las plataformas de gestión de personas. En resumen, ir más allá de la gestión.
Como plataforma integral, este concepto toma importancia en todos los ámbitos del recurso humano en su relación con la empresa, tales como clima, desempeño, estructura organizacional, gestión de competencias, capacitación, talento, comunicaciones, beneficios, reconocimiento, entre otros, y los hace “conversar” entre sí. De esta manera, de una forma cuantificable y medible, se puede saber dónde un colaborador tiene una ventaja competitiva. Con ello no sólo la persona crece profesionalmente, sino también la empresa obtiene una mayor productividad, porque está abriendo la posibilidad a sus colaboradores de desarrollar al máximo sus capacidades y talentos.
¿Por qué es importante esto? Según estudios, la productividad de las empresas en Latinoamérica es 75% menor que en EE.UU. y parte significativa de la menor productividad puede explicarse por una mala gestión del capital humano, lo cual es especialmente preocupante en la región, dado el enorme déficit de personal con la formación que demandan las empresas.
Las cifras son elocuentes:
Sólo 4% de las empresas latinoamericanas hacen el esfuerzo para impedir la pérdida de sus grandes talentos. En contraste, en Estados Unidos, 21% de las empresas tienen buenas estrategias de retención del personal.
La alta gerencia no es evaluada ni responsabilizada por su habilidad para atraer, retener y desarrollar el talento humano de la empresa. Apenas 4,5% de las empresas latinoamericanas logran buena nota en esta materia, mientras que en Estados Unidos 20% de las empresas consiguen esa distinción.
Los ajustes salariales, bonificaciones y demás reconocimientos prácticamente no tienen en cuenta el desempeño individual. Apenas en el 8,6% de las empresas latinoamericanas analizadas hay una clara relación entre el desempeño individual y los aumentos de salario y otras formas de remuneración. En Estados Unidos 25% de las empresas hacen bien esta tarea.
No hay buenas estrategias para identificar y atraer talento. Apenas 13% de las empresas latinoamericanas tienen mecanismos efectivos de atracción de personal, lo que se compara bastante mal con el 33% en Estados Unidos.
Las promociones dependen ante todo de la antigüedad. Tan sólo 14% de las empresas de la región identifican, desarrollan y promueven en forma proactiva a sus mejores trabajadores. En cambio, en Estados Unidos, casi una tercera parte de las empresas obtiene calificación de 4 o más en esta materia.
Los empleados que no se desempeñan bien pocas veces son reentrenados, asignados a otras posiciones en la compañía o despedidos si esas mejoras no funcionan. Apenas 15% de las empresas latinoamericanas obtienen calificación de 4 o más en esta asignatura. En cambio, en Estados Unidos 56% de las empresas obtienen calificaciones de 4 o más, pues toman las acciones necesarias para corregir el mal desempeño del personal.
Por todo ello, el concepto de Human Capital Growth toma especial relevancia, ya que justamente busca potenciar el crecimiento de los colaboradores viendo dónde pueden desarrollar de mejor manera sus capacidades y, por ende, aumentar la productividad de la empresa.